5 Reglas de productividad que son vida

En estos tiempos post pandémicos y del self-care, hemos entendido que ser un pro de la productividad no significa estar trabajando las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Cada vez más hemos aprendido trucos y hacks para la administración del tiempo y la organización que pueden ayudarnos a maximizar la productividad, asegurando que realicemos nuestros pendientes más importantes.

En esta entrada te traemos 5 reglas de productividad que te ayudarán a mantenerte eficiente, enfocado y motivado para atacar tu lista de tareas sin morir en el intento.

5 reglas simples de productividad por las que debes vivir:

Regla de productividad #1: Haz la tarea más difícil del día por la mañana

¿Sabes cuándo tienes un pendiente en tu lista que terminas postergando, solo para ser empujado al último de tu lista día tras día hasta que no tienes más remedio que completarlo frenéticamente en el último minuto?

Dicen las mamás que entre más tarde, más triste. Empieza tu día haciendo la tarea más temida en su lista de tareas a primera hora de la mañana.

Esto nos ayuda a generar impulso, hace que nuestro día sea mucho más productivo y nos motiva a “hacer” en lugar de posponer las cosas por el resto del día.

Regla de productividad #2: Usa la regla de un minuto

Si uno de tus pendientes te tomará menos de un minuto, hazlo de inmediato. No lo pongas en tu lista de tareas pendientes, no te digas que lo harás más tarde.

Las tareas que se pueden completar en menos de un minuto terminan liberando mucho de nuestro tiempo cuando se hacen de inmediato. Piensa en ese plato en el fregadero. Lavarlo probablemente tomará alrededor de 1 minuto, sin causar interrupciones en tu día. Pero al dejar ese único plato en el fregadero, eventualmente acumularás más platos sucios, y cuando te des cuenta te tomará media hora lavar esos platos.

Regla de productividad n.º 3: Aparta el tiempo en tu calendario.

El bloqueo de tiempo es un truco de productividad clásico y viejísimo que sin duda te ayudará a hacer más. Esto te permite designar ciertas horas de tu día para una tarea específica que debe realizar.

Aquí está cómo hacerlo:

Haz una lista de los 3 a 5 elementos principales que debes hacer hoy

Separa porciones de tiempo para cada una de esas tareas

Por ejemplo, mis tareas del día son:

Ir al gimnasio
Editar un video
Hacer el super
Cocinar
Cena con amigos

Puedo bloquear el tiempo de mi día para que se vea así:

8 am-9 am: Gimnasio
10 am-11 am: Trabajar en el video
12pm-1pm: almuerzo
1pm-2pm: Hacer el super
2pm-3pm: Preparar la comida
4pm-6pm: más trabajo en video
6:pm-8pm: cena con amigos

Es muy fácil perder la noción del tiempo en nuestro día cuando no lo tomamos en cuenta. El bloqueo de tiempo te ayudará a mantenerte productivo y hacer mucho más.

Regla de productividad n.º 4: Técnica Pomodoro

Sube de nivel de productividad usando la Técnica Pomodoro.

El concepto aquí es que un Pomodoro (que en italiano significa “tomate”) debe equivaler a 25 minutos de trabajo concentrado.

Programa un temporizador para 25 minutos. En estos 25 minutos, asegúrate de estar completamente concentrado en la tarea que estás realizando, sin distracciones.

Una vez que el temporizador se apague, pon otro temporizador de 5 minutos. Utiliza estos 5 minutos como un descanso completo. Levántate y estírate, muévete, simplemente desconéctate del trabajo en cuestión durante los 5 minutos completos.

Este ciclo sería considerado un Pomodoro.

Repite este ciclo 4 veces. 25 minutos de trabajo, 5 minutos de descanso.

Una vez que hayas completado 4 Pomodoros (2 horas), date un descanso más largo de unos 15 a 20 minutos.

Esto te ayudará a restablecerte y reenfocarte antes de volver al trabajo.

Regla de productividad n.º 5: no planifiques en exceso

Si eres culpable de crear los planes más elaborados pero rara vez los llevas a cabo, ¡este es para ti!

Es importante crear una estructura y tener una visión de las cosas que aspiramos hacer. Por ejemplo, puede ser bueno elaborar un plan de ejercicios para averiguar qué días hacemos brazos, qué días pierna, qué días cardio, etc., ya que ahora tenemos un plan para el gimnasio.

Dicho esto, si creas ese plan y sigues cambiándolo, sin permitirte nunca ir al gimnasio en primer lugar, no estás progresando.

Olvídate de la planificación excesiva y la perfección. Permítete ejecutar e iterar para mejorar día a día, dándote gracia para aprender en el proceso.

Por Cristina Cuevas

Account Manager

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